John Mayer abreva en el country, el folk y el rythm & blues, nutrientes del mejor disco de su prolífica carrera. La guitarra de Mayer es el hilo conductor, mientras a su alrededor se tejen climas sosegados. Las armonizaciones vocales son impecables, potenciadas por el aporte de los inmensos Graham Nash y David Crosby ("Born and raised"). Hay deliciosos arreglos de pedal steel, en manos de Greg Leisz, y Sara Watkins emociona con su violín en "A face to call home". Mayer es un consumado constructor de estribillos y de melodías. "If I ever get around to living" es una canción bellísima. Las guitarras del hit -"Shadow days"- son netamente harrinsonianas. Para escuchar con las luces bajas y saboreando algo rico.
Como pez en el agua